Sortilegio de sueños / Gloria Beatriz Jaramillo

En sortilegio de sueños de la poeta Gloria Beatriz Jaramillo asistimos a la revelación de una voz que no hace concesiones, que no cede ante el peso de las palabras y que se atreve a emprender el camino, ya poético de por si, de nombrar lo infalible, de asistir lo inasible. La poesía de Gloria Beatriz se reafirma decididamente en estos versos como una poesía que no huye de los grandes temas y que, por lo contrario, los confronta y dialoga con ellos, dialogando a su vez con la tradición poética y es por esa conciencia de la tradición, precisamente, que el "yo" lírico que descubrirá el lector sale bien librado de esos grandes temas tales como el amor, la vida misma, la muerte y el paso insoslayable del tiempo. Sin embargo a todo lo anterior debe sumarse la versatilidad de la voz poética que se atreve a ser tenaz y compasiva, irónica y profundamente tierna, sin dejar de nombrar o desconocer las realidades crudas que nos circundan como la violencia o la mezquindad humana, pero a su vez dejando espacio para el optimismo y la luz; una voz que se sabe humana y que no teme quebrarse y desbordar emoción pero que sabe también de reposo y equilibrio, una voz que no duda en tomar partido, de ser preciso, pero que a su vez entiende la escritura como una forma de ponerse a salvo del olvido.
La poeta nos recuerda, a la postre, que la poesía no es meramente un artificio, sino que es también una forma de pensamiento, un dialogo consigo mismo que logra, desde el tratamiento de lo íntimo, pertenecer también a los otros, ponerlos en crisis, increparlos y cuestionarlos; la poesía como conmoción y reposo, como buhardilla para observar el cielo o como tablas salvadoras para todos los naufragios. En ultimas, estos versos que se le entregan al lector como la única posesión de la autora nos recuerdan, que la poesía es, al mejor estilo de Fernando Pessoa, una forma de estar solos en el mundo. (Sebastián Salazar)

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