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En animado rayo, en veloz bruto, hijo del viento Bóreas, de Dárdano en las yeguas engendrado, cuyas azeradas plantas no molestas huellas eran, brebes estampas sí a la arena, penetraba presuroso lo enhetrado de una selva un animoso joven, siguiendo a un ciervo a quien sus irlandeses pachanes y ventores llebaban ya vencido; quando en un vistoso aunque pequeño monte, que era o verruga de la tierra o lunar que deleytossamente la adorna y compone, halló asylo en una cavernosa gruta o hueco aposento, cuya lobreguez y estrechura atemorizó a sus enemigos, que en confusas vozes indicaron a su dueño donde se ocultaba. (T.III, 7, 1985)

Desde la segunda década del siglo XX el interés de instituciones y académicos por la obra de los escritores neogranadinos Pedro y Fernando de Solís y Valenzuela, llevo al hallazgo del manuscrito de la que es considerada la primera novela hispanoamericana, El desierto prodigioso y prodigio del desierto (1650), y a su respectiva publicación entre 1977 y 1985 por la Imprenta Patriótica del Instituto Caro y Cuervo. Pedro de Solís y Valenzuela, autor de la obra, figura como uno de los gestores de grandes proyectos académicos y religiosos de la Nueva Granada. Partiendo de la consideración del texto como una novela barroca, "La metáfora del camino" es una aproximación interdisciplinaria de los mecanismos utilizados por el texto para sustentar la presencia de un espacio cerrado, conformado de manera exclusiva por humanistas cristianos que comparten la lectura de un cartapacio en un "remedo de paraíso terrenal". La abundante citación de poesías de temas cristianos y otros textos ascéticos de dudosa procedencia, confluyen en la religiosidad de la novela, la cual desea privilegiar el autor por encima de las consideraciones del relato ficticio.

Literatura